En la vida hay eventos que nos resultan muy dolorosos, recuerdos del pasado que no se van de nuestras vidas, heridas que no podemos sanar porque seguimos pensando en ese ayer, y eso nos deja avanzar.
¿Hasta cuándo seguiré aferrándome a eso? ¿Hasta cuándo quiero sufrir por algo que me sucedió en el pasado?
Tenemos que aceptar que ya es el tiempo de soltar eso que nos amarra al pasado y al dolor y poder perdonar todo el daño que te causaron, experimentar a hermosa sensación de sentirnos libres, poder respirar hondo, sentirnos llenos de energía.
Poner punto final es tu decisión, creer y aceptar que ya no necesitas seguir persiguiendo ese pasado, que ya es hora de vivir el hoy.
Deja que el perdón entre en tu vida, agradece al pasado, aun por lo que tú consideras malo, aunque te aseguro que en realidad no es así, pues eso te servirá para mirar hacia adelante con pasos seguros sabiendo que no volverás a caer en el mismo error, eso que sucedió te tiene que servir para aprender y para crecer.
Lo único que podemos hacer por los que nos dañaron es perdonarles y dejar que sean quienes son, saber que su verdad está dentro de ellos, y que sólo cambiarán si quieren hacerlo. Ya No permitas que esto te siga dañando supéralo necesitas ser feliz.
Perdonar es decidir entrar en un proceso para cambiar mi sufrimiento en crecimiento, para recobrar salud, control, paz, libertad, dignidad, etc.
Por una parte la decisión de cancelar una deuda moral y por la otra eliminar los sentimientos adversos provocados por la ofensa cambiándolos por otro de signo positivo.
El perdón es un acto volitivo y no un acto emocional; aunque están involucrados sentimientos, en realidad consiste en una decisión.
Recuerda que el perdonar a alguien no significa que estés de acuerdo con la ofensa, sino que estás en vías de decir que, con los ojos del corazón, has sido capaz de ver más allá de la ofensa, de ver lo que pasaba en el interior de esa persona.
Muchos de nuestros intentos de perdón fracasan pues confundimos esencialmente lo que es perdonar y nos resistimos ante la posibilidad de empequeñecer los eventos ocurridos u olvidarlos.
La falta de perdón es el veneno más destructivo para el espíritu ya que neutraliza
los recursos emocionales que tienes.
El perdón es una declaración que podemos y debemos renovar a diario.
Muchas veces la persona más importante a la que tienes que perdonar es a ti mismo por todas las cosas que no fueron de la manera que pensabas.
Yo te pregunto: ¿Quieres ser feliz?… Yo te digo TÚ PUEDES LOGRARLO… PERDONA